Rendirse o morir
¡Hola de nuevo mis queridos lectores! ¿Rendirse o morir? ¡Jamás! Aunque dicen que nunca digas, nunca jamás. Pero, ¿cómo rendirse, cuando la derrota es la muerte? Si la tinta corre por vuestras venas, como lo hace por las mías, comprenderéis lo que pretendo explicar. Sin mis sueños, no podría escribir. Si no escribo, dejo de soñar. Una paradoja que se retroalimenta, pese a las dificultades que pueda encontrar. El oficio de escritor no es un oficio de verdad, no al menos como se entienden otros. Es una forma de vida, donde el alma ordena y el corazón manda. De otra forma, seríamos mercenarios a sueldo, a quienes no importarían ni los sueños propios, ni la de los lectores. Porque en el fondo, todo esto es por y para vosotros, mis queridos lectores. Esos que de vez en cuando dejáis un "megusta" en las redes, con un guiño y una sonrisa. Todos necesitamos sueños y los míos son escribirlos para vosotros. Por eso a veces desaparezco, para juntar letras que algún día pod